¿Sabrá la gente lo que me pasa?
¿Notarán en mis pasos la forma en que las calles
se me resisten?
¿Pueden ver cómo se encrespan las cosas cuando las toco?
Cómo se tensan, se endurecen…
Las palabras
tienen la textura de la cuerda
la piedra
la lengua de los gatos.
¿Podrán olerme el miedo? ¿La duda? ¿La vergüenza?
O pensarán que no me sucede nada
en especial,
que soy capaz de adornar la espera
como una casa
que soy joven y por momentos, puedo ser feliz
que tengo un futuro que brilla
solo porque está muy lejos y nunca
deja de estarlo…
Mientras,
todas las noches sueño
conmigo misma.
¿Cuándo se deja de ser joven?
Llegará un día en el que me despierte y sepa
cómo se hacen las cosas
o qué cosas son esas
que no sé cómo hacer.
Un día llegará el futuro
blanco, espléndido
y yo moriré
encandilada.