En un mundo alterno
desconocido
perpendicular a este
que capaz existe debajo de las calles,
o adentro de los espejos de ciertas casas,
y al que solo puede llegarse sin querer cayéndose
en un pozo:
es una noche espléndida.
Antes, fue un día blanco y luminoso.
Ahora bailamos apretados y tomamos vino dulce,
en un jardín con árboles de esmeraldas
ranas brillantes como farolas.
No hay que irse a dormir nunca.
Nos miramos a los ojos y estos
relampaguean.
Es una noche espléndida de un verano que no termina…
El mundo parece infinito
y todo lo hermoso, incuestionable.